domingo, 17 de mayo de 2015

¿POR QUÉ UTILIZAR LA BICICLETA COMO MEDIO DE TRANSPORTE Y COMO IMPLEMENTO PARA LA REALIZACIÓN DE EJERCICIO FÍSICO?


La bicicleta es un invento con una larga trayectoria. Existen referencias historiográficas parecidas a una bicicleta en las civilizaciones antiguas de Egipto y China. Pero el concepto actual se lo debemos al genio Leonardo da Vinci. En sus planos podemos observar elementos fundamentales como son cadena, ruedas con radios, sillón, cuadro y dirección. Este boceto se puede contemplar en el Codez Atlanticus de 1490. Pero este invento que fue concebido como medio de transporte, hoy día ha ampliado sus funciones al mundo del ocio y del deporte. (Carballo,2010)

La bicicleta desde que el Conde Sivrac (1790) lanzara el primer modelo, ha tenido una evolución significativa (Fig. 1), pero no se aleja demasiado de lo que Da Vinci realizó con su boceto. Hoy día, se encuentran muchos modelos de bicicleta: desde la bicicleta de montaña, pasando por las de paseo y nuevas tendencias como descenso, Freestyle, etc…

Fig.1 Evolución de la bicicleta. Fuente: Wikipedia. Bicicleta [en línea] Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Bicicleta  [20 abril de 2015]

La postura prolongada sobre la bicicleta puede modificar las curvaturas fisiológicas de la columna vertebral. Estas alteraciones están asociadas con los trastornos de la columna. Un estudio evaluó la posición del manillar en relación con la posición de la columna. Los investigadores observaron que la columna cervical y dorsal no se altera respecto de la postura de pie. Pero la columna lumbar es dependiente de la posición del manillar, ya que cuanto más bajo esté en relación con el sillín puede llevar la pelvis a una anteversión excesiva (Muyor 2014)

La mayoría de nosotros llevamos vidas sedentarias, ya que pasamos la mayor parte de nuestro día trabajando en actividades que no requieren un esfuerzo físico. Utilizar la bicicleta como modo de transporte de manera cotidiana hace que incorporemos actividad cardiovascular a nuestra rutina, lo cual provoca que disfrutemos de todos los beneficios asociados al ejercicio físico.

Entre estos beneficios encontramos:
  • Disminución en los índices de ansiedad, estrés y depresión (Salmón 2001).
  • Disminución de masa corporal, por aumento de la tasa metabólica.
  • Mejora de la presión sanguínea en personas con hipertensión (Dickinson et al 2006).
  • Disminución de la frecuencia cardiaca en reposo, lo cual disminuye el riesgo de enfermedades cardiacas y muerte súbita.
  • Mejora de la relación entre HDL (colesterol “bueno”) y LDL (colesterol “malo”), lo cual disminuye el riesgo de arteriosclerosis (Weltman et al 1980).
  • Disminución de la incidencia de algunos tipos de cáncer (Van den Brandt et al 2000).
  • Mejora la salud cardiovascular y previene enfermedades cardíacas (Ignarro et al 2007).

 

Pero a pesar de todos estos beneficios, muchas personas mantienen que la exposición a los gases de los automóviles y los riesgos de andar en bicicleta en una ciudad no justifican su uso como modo de transporte. Sin embargo, los estudios a largo plazo realizados al respecto indican que los beneficios asociados al uso de la bicicleta superan ampliamente los riesgos, siendo los resultados de disminución de mortalidad asociados a la bicicleta tan contundentes como 40% para personas que la utilizan como modo de transporte diario (Andersen et al 2000, De Hartog 2010). Aunque estos beneficios, en ciudades con gran cantidad de ciclistas no son exclusivos de las personas que utilizan la bicicleta, sino que se trasladan a toda la sociedad. Ciudades con menos cantidad de tráfico mejoran la calidad de vida y la salud de todos los habitantes, lo que también lleva a grandes beneficios económicos para la administración pública que reducen los gastos en cuidados de la salud.


La bicicleta es un modo de transporte económico. A pesar de la inversión inicial (que puede variar  según el tipo de bicicleta) y de algunos elementos necesarios, como cadena y luces de seguridad, los gastos de mantenimiento son mínimos, sobre todo si tenemos nuestra bicicleta en condiciones. La energía utilizada para movernos es la propia, por lo que aumentaremos nuestro gasto metabólico. En contraste, los automóviles particulares requieren una gran inversión inicial, gastos de mantenimiento, seguro, garaje nocturno y estacionamiento durante el día (como zona azul o parking). A esto se suma el consumo diario de combustible, cuyo precio aumenta a nivel mundial debido a la escasez de petróleo y la dificultad para extraerlo. Por otro lado podemos utilizar el transporte público, ya que sólo necesitamos pagar el billete, pero perderemos nuestra independencia horaria y la accesibilidad a muchos lugares.

 

En conclusión, el uso de la bicicleta nos va a generar una gran cantidad de ventajas, tanto físicas, mentales, económicas y sociales. Es por todo esto, que creemos conveniente la recomendación del uso de la bicicleta, tanto como medio de transporte como para realizar ejercicio físico.

Referencias
 
Andersen, L. B., Schnohr, P., Schroll, M., & Hein, H. O. (2000). All-cause mortality associated with physical activity during leisure time, work, sports, and cycling to work. Archives of internal medicine, 160(11), 1621.

Carballo, Cándida (2010). La larga carrera del nacimiento de la bici. Diario de avisos [en línea]. Disponible en: http://bloggers.diariodeavisos.com/imprescindiblesercurioso/?x=entry:entry100203-175740 [13 de marzo, 2010]

De Hartog, J. J., Boogaard, H., Nijland, H., & Hoek, G. (2010). Do the health benefits of cycling outweigh the risks?. Environmental Health Perspectives,118(8), 1109.

Dickinson, H. O., Mason, J. M., Nicolson, D. J., Campbell, F., Beyer, F. R., Cook, J. V., … & 
Ford, G. A. (2006). Lifestyle interventions to reduce raised blood pressure: a systematic review of randomized controlled trials. Journal of hypertension, 24(2), 215-233.

Ignarro, L. J., Balestrieri, M. L., & Napoli, C. (2007). Nutrition, physical activity, and cardiovascular disease: an update. Cardiovascular research, 73(2), 326-340.

Muyor, J. M. (2014). The influence of handlebar-hands position on spinal posture in professional cyclists. Journal of Back and Musculoskeletal Rehabilitation, doi:24167JG47620550K

Salmon, P. (2001). Effects of physical exercise on anxiety, depression, and sensitivity to stress: a unifying theory. Clinical psychology review, 21(1), 33-61.

Van den Brandt PA, Spiegelman D, Yuan SS, et al. Pooled analysis of prospective cohort studies on height, weight, and breast cancer risk. American Journal of Epidemiology 2000; 152(6):514–527

Weltman, A., Matter, S., & Stamford, B. A. (1980). Caloric restriction and/or mild exercise: effects on serum lipids and body composition. American Journal of Clinical Nutrition, 33(5), 1002-1009.